Se acaba la tinta. El pensamiento habla consigo mismo y las palabras ya no salen. Se duerme la ternura frente al espejo que le presenta cobija. Todo es una ilusión ya no nada resulta extraño.
Las mentira llueve y todos parecen saber en que estas mal, muchos parecen disfrutarlo. Todos hacen sus juicios y la verdad ya estoy cansado. Cansado de tanta hipocresía, cansado de tener que estar justificando cada paso. Cansado de estar bajo la lupa. Cansado de sentirme burlado.
El espacio donde habita mi piel, es un simple cascarón desierto. Ya no queda nada. Lo que antes fue ya no es y no volverá a serlo. Las tradiciones pueden más que la voluntad de cambiarlo. Aparentemente tendré que aprender a aceptar mi derrota. De la cual nadie es culpable.
Nadie tiene la culpa…nadie tiene la culpa. El tiempo corre su camino y no tiene tiempo para dedicártelo solo a ti. Las espigas del futuro se hacen pasado con cada segundo y la división tiene como resultado el olvido y los recuerdos. Nadie tiene la culpa. Simplemente me siento cansado. No de vivir, más bien de seguir nadando en contra de la corriente.
Ya no me interesa marcar la diferencia. Ya solo quiero vivir sin preocuparme por lograr algo nuevo. No quiero ser diferente. Quiero ser común y perderme entre la gente. No quiero llamar la atención, ni tampoco me interesa dirigir. Quiero ser anónimo y que nadie sepa quién soy. Yo solo quiero que me hagan parte de su pasado. Que me conviertan en un simple recuerdo, de algo vivido y simplemente olvidado.