Jeremías 17:5-7
5 Así dice el SEÑOR: Maldito el hombre que en el hombre confía, y hace de la carne su fortaleza, y del SEÑOR se aparta su corazón. 6 Será como arbusto en el yermo y no verá el bien cuando venga; habitará en pedregales en el desierto, tierra salada y sin habitantes. 7 Bendito es el hombre que confía en el SEÑOR, cuya confianza es el SEÑOR.
La palabra de Dios dice que maldito aquel que cree en hombre. Lo que nos quiere decir es que nuestra fe, aquello en lo que creemos no puede estar puesta en lo creado. Si no más bien en aquel que nos creo.
En tu caminar en la vida vas a sentir el fuerte impacto de la desilusión, de la traición, de lo que se puede sentir cuando alguien rompe el voto de confianza. Cuando alguien se desprende bruscamente de tu lado. En ese momento te sentirás triste, sólo, a dolorido por una partida repentina que más tubo que ver con la falta de conocimiento, que con una falta de lealtad. Te sentirás triste y hasta quizás llores. Pero es parte de proceso que te lleva a confiar más en Dios y su poder, que en las personas que tienes a tu alrededor son puestas allí con el propósito de que te ayuden a conocerlo a El y que le enseñes que Jesus vive en ti.
Esto significa lo siguiente. Que abiertamente debes de amar a tu prójimo como a ti mismo. Pero este amor no viene de ti, si no más bien viene del amor que nace después que aprendes a amar a Dios. Todo lo que hagas después de allí será bendecido por Jesus. Porque de su poder serás llenado para amar sin condiciones y sin prejuicios. Y como humano al fin siempre pones condiciones y prejuicios en todos tus relaciones. Y son estás las que te causan el dolor.
En el momento que comprendas que Cristo vive en ti, te darás cuenta que nacerán de ti actitudes que reflejaran el carácter de un hijo de Dios. Y confiar en Dios es algo no debe tener condiciones para ti. Hoy te digo no dejes que el silencio arrope tu voz y declara en el nombre poderoso de Jesús que a partir de este momento tu confianza y tu fe están puesta en El.
De nada vale sentir rencor, dolor, odio, angustia y todas estas emociones que te alejan de Dios. Ama primero a Dios y Jesús te dará amor hacia el hombre. Deja qué sea El quien defina tus relaciones, pero debes estar siempre atento a su voz que le habla directo a tu corazón.
Mateo 22:36-37
36—Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la ley?37—“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente”[V]—le respondió Jesús—. 38Éste es el primero y el más importante de los mandamientos. 39El segundo se parece a éste: “Ama a tu prójimo como a ti mismo.”[W] 40De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas.