Hoy es un buen día para estar tranquilo.
Un buen día para dejar atrás el dolor,
Para dejar salir la libertad a que sea libre,
Para dejar un espacio donde sonreír.

Hoy es un buen día para no sentirte solo,
Para contestar una llamada y conversar.
Hoy es un día para ser tu en toda tu expresión
Para vivir tu vida sin tantas opiniones.

Hoy es un buen día para darle gracias a Dios,
Para estar tranquilo con su opinión sobre ti,
Para fijar tu mirada en tus metas y nada más
Para evaluar tus expectativas y seguir caminando.

Hoy es un buen día para dejar muchas cosas atrás. 
Para romper el silencio y expresarte libremente.
Para dejar caer el cansancio que te impone lo sociedad. 
Para seguir tu propia opinión y seguir tu camino.

Hoy úsalo para aislar las palabras negativas,
Para alejarte del maltrato y del rechazo,
Para vivir poco a poco lo que Dios te da 
Para dejar atrás los Judas, que se ahorquen solos.

Cuando viajas usualmente haces un inventario de lo que vas a necesitar en tu viaje.  Lo haces tomando en cuenta todo, ya que cuando llegues a la terminal de dónde subirás al avion, o al barco tendrás que describir tu equipaje y contestar algunas preguntas sobre lo que estás llevando.  Esto es algo rutinario y necesario.  De igual manera sucede en la vida cristiana.   

Hebreos 12:1-3. Habla quitarnos las cargas antes de empezar nuestras carreras, de lo contrario no llegarás lejos y es posible que tu viaje se vea cortado por esas cargas innecesarias que muchas veces sin darte cuenta llevas contigo.   Hebreos 12:1-3 habla de pecados, estos pueden ser: tu baja autoestima, rechazo, malas palabras, la mentira, el engaño, pornografía, falta de perdón entré otros.

Si no dejas esa carga atras, tu caminar será pesado y es posible que te canses y pierdas el ánimo.  Desafortunadamente en tu caminar cristiano vendrán voces de santos sin pecados que tienen las llaves de los cielos en sus manos.  No permitas que los asesinos de la Fe afecten tu caminar “puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe”  no permitas que nada te haga perder el camino.  

Ser cristiano te da un sentido de pertenencia irrevocable, aunque muchos deseen hacerte cambiar el pensamiento.  Una de las batallas más larga que lucha una persona es la constante necesidad de desear permanecer a un grupo de personas que no le aceptan por tal o cual razón.   Esto es por miedo al rechazo social.  

El miedo al rechazo social tiene a las personas atadas a un falso derecho de pertenencia, que su único objetivo es crear confusión y deteriorar la toma de decisión del individuo.  Los seres humanos sienten la necesidad de pertenencia, desean ser parte de algo o pertenecer a algo.   Esto hace que las personas sigan y crean en múltiples cosas.  Desde la familia, hasta su nación, este sentido de pertenencia tiene muchas facetas.  Pero la parte social siempre obtiene una mayor visibilidad ante las demás.  

¿En qué crees tú está tu sentido de pertenencia? Dios creó al hombre y lo hizo a su imagen y semejanza, ahora bien si partes de ese punto tu sentido de pertenencia.  Podrás edificar tu vida basada en las escrituras que él dejo para que puedas guiar tu vida en base a ese sentido de pertenencia, que se llama Cristianismo, dónde eres aceptado con todos tus defectos y virtudes, donde el juicio de lo que eres lo hace Jesus. 

No los que están a tu alrededor, ni los solo saben acusar.  No dejes de ser quieres para satisfacer a alguien, simplemente detente y analiza quien es tu dirección y síguele a El.   Se llama Jesucristo.   Lo demás es solo ruido que viene de fuera para distraer tu enfoque y robarte tu sentido de pertenencia en Cristo.

Prefiero hacer silencio y dar gracia, dar gracia por el sentido de dirección, por la paz en mi casa, por mi familia, por mis hijos, por los proyectos y nuevas expectativas.  Prefiero esperar el tiempo necesario aún en medio de la tribulación porque en ella hay crecimiento y aprendes la importancia del perdón.

Prefiero sonreír aún en medio del dolor, porque tengo la certeza de que su misericordia abarca todo lo que soy. Prefiero mirar su rostro cada mañana y saber que escucha mis oraciones y que atiende a mis peticiones, aún cuando la manifestación de su gloria llegue cuando menos la espero.  Prefiero su compañía ante que la del mundo, prefiero dormir en su silencio aunque no escuché sus palabras.  Prefiero su soplo de viento porque su espíritu se mueve dentro la calma.  

Prefiero sus brazos, su aliento, su estancia.  Prefiero lo familiar y lo extraño de como me trata, prefiero su ausencia física y su compañía continua hablandome en cada paso.  Prefiero a mi Cristo, mi Jesús, mi salvador.  Prefiero caminar de su mano, sin precondiciones y ni segundas intenciones. Prefiero  su distancia aunque  el camino sea largo.   Porque sé que sus pasos  son seguros.

La sociedad de hoy atraviesa por una etapa muy delicada. El título en inglés (a self-center society). ¿Cómo estás contribuyendo tú cómo padre a este peligroso ataque al núcleo familiar? La palabra self-centerness tiene la siguiente traducción:
(egocéntrico, egoísta, ególatra, narcisista, absorto en sí mismo, interesado en sí mismo, implicado en sí mismo, preocupado por sí mismo.)

Tú cómo padre o madre estás alimentando esta nueva cultura. Le has quitado las responsabilidades a tus hijos, has creado dioses dentro de tu casa, que cuando no le haces reverencia a sus acciones, te ignoran hasta que vengas a ellos a pedirles perdón por tus acciones. La realidad es que nos hemos convertido en la última generación que pedía permiso para hablar y la primera que tiene que darle explicaciones a los hijos.

Tú estás contribuyendo, porque no sabes decir no, porque asumes sus responsabilidades aún cuando ellos no te lo han pedido. Contribuyes cuando dejas todo lo que estás haciendo, para hacerles lo que te piden, sin que sepan lo que estabas haciendo o la importancia que eso tenía, contribuyes cuando justificas sus errores y buscas culpar a otros por sus faltas. Contribuyes cuando crees que corregirlos es hacerles daño, cuando asumes que ellos ya entendieron y te das cuenta que te habías equivocado, cuando estás frenta a una cama de hospital sufriendo en dolor de tus faltas.

La realidad es que no estás mirando el daño que le haces, porque con cada responsabilidad que le quitas, le sumas 10 años de dolor en su futuro, por eso es que hoy tienes más divorcios, más crímenes, más familias rotas, más padres enterrando hijos, que hijos a padres, porque simplemente a la generación anterior se les olvidó enseñarnos que para muchas cosas el sacrificio es necesario. Se les olvidó que aún cuando se tienen los medios es necesario que aprendan el valor que las cosas tienen. Porque no se trata de hacerles la vida facil, sino más bien que sea larga y duradera y con frutos dignos para tener una mejor generación. Donde ellos se sientan orgullosos de cómo fueron criados.