Al mismo tiempo en que la sociedad dominicana, busca una definición que la lleve a ser lo deseado. También se desmantela alrededor en las periferias de nuestra mirada; lo que era la base, el fundamento de esta sociedad: La Familia.
La realidad de una sociedad que cada vez más se incorpora a un mundo digital, donde los medios de comunicación brindan infinitas formas de comunicarnos. Pero las formas no definen la manera, ni tampoco muestran el contexto de lo que se comunica. Entonces quedan las interrogantes ¿Qué se comunica? ¿Para qué público? ¿Cuál es propósito?. De una forma u otra pretendemos mostrarnos diligentes ante las palabras de algunos políticos que sólo muestran interés por el pueblo a la hora de adquirir votos para mantener sus puestos de politicastros. Y la real comunicación no se concreta, la más simple y esencial de todas, la de la Familia. Hemos demostrado que a pesar de tener más medios de comunicación y mejores formas de comunicarnos, cada día nos comunicamos menos.
La definición de nuevos esquemas que muestren algo dentro del concepto de futuro de nación. Sólo se queda en la manera que se mueven, los intereses individuales de cada uno de lo que estamos llamados a presentarnos, y tomar el turno del sacrificio personal. La Republica Dominicana se define como un país; que muestra crecimiento económico, con una infraestructura de telecomunicaciones citada entre las más modernas de América Latina. Una serie de representantes internacionales; que van desde Peloteros, Músicos y Atletas. La experiencia adquirida se queda en la afueras del compromiso nacional. Porque simplemente no existe tal compromiso.
¿Cuáles son los personajes que deberían mostrarnos el cambio? ¿Quiénes son los que están llamados a prestarle atención a los problemas, que son responsables de cada uno de los males que nos afectan hoy día como sociedad? ¿Es que acaso no nos estamos dando cuenta que la destrucción de la familia, nos esta llevando a la destrucción de la sociedad?
La sociedad dominicana busca desesperadamente un renacimiento de sus valores. Busca una definición de un futuro que actualmente se muestra oscuro. Busca una postura de guía, de forma, de encaje, de país que pueda brindar por lo menos seguridad social. Esta sociedad busca la forma de poder decir, “que bien me siento hoy”. Los valores personales y el sentido de lo que se define como la moral de un pueblo; están desapareciendo con una velocidad que nosotros mismos no imaginamos. Hemos permitido una Trans-culturización sin medidas de consecuencias. Hemos permitido que se difunda la libertad de expresión sin pensar en el libertinaje. Hemos discutido los problemas de la familia, sin mostrarles ningún tipo de solución a los mismos. Hemos permitido el abuso de poder, sin medir las consecuencias de su devastación. ¡Nos hemos permito olvidar!.
Del cantautor Rubén Blades citamos :
“Pobre de un país,
Donde lo malo controla,
Donde el civil se enamora
De la corrupción.
Pobre de un país,
Que ve la justicia hecha añicos,
Por la voluntad de un rico
O por orden militar”
Sin lugar a dudas estas letras nos llaman a reflexión. Nos pintan un paisaje que aunque yo lo veía distante en mi tierra, hoy lo veo más cerca y esto me aterra. Pero la misma canción sigue así:
“Cada país depende,
Del corazón de su gente,
Y un país que no se vende,
Nadie lo podrá comprar”
Esta última estrofa nos da una luz de esperanza, nos deja un poco de aliento. Sin embargo me siento tan pobre del alma, me siento tan distante el corazón. Que me entristece ver mi patria en camino a una total destrucción.
El momento es justo, las condiciones están asentadas para relanzar el país, para retomar el control de nuestras riendas. Todo aquel que es enemigo de la tranquilidad, de la estabilidad, debe ser expulsado de suelo Dominicano.
Nuestro elemento base es la familia y la propia esencia que la constituye. Los padres y los hijos, y la combinación de una nación que llena el espíritu de libertad. Bajo el cual nos forjaron los sueños de continuar con el legado que nos dejaron los padres de esta patria. La Libertad, de poder escoger, de poder hablar, la libertad de caminar, de escuchar, de opinar, de escribir, de respirar y poder hacer tantas cosas con una plena libertad. Nuestro deber es mantener los valores, la esencia de esta nación. Que duerme bajo el cielo, la misma situada en el mismo trayecto del sol.