©Juan p. Noboa 2012

 

En el espacio que gravitan mis pensamientos, existe un recuerdo que permanece pronunciando tu nombre aun cuando no te pienso. Aun cuando las siluetas de la noche abrazan el crepúsculo, lo esconden en sus brazos hasta que llega la oscuridad. Y luego lo dejan ir al amanecer a escondidas cambiando su nombre por ocaso. Te pronuncian aun en contra de lo que soy…de lo que quiero ser. De lo que nunca me atreví a decir. Te pronuncian dibujando poemas con mis versos. Te pronuncian aun cuando duermo, y me despiertan susurrando un te quiero, con el sonido de tu voz.

He aprendido a dibujar unos versos con mis manos, he aprendido a disfrutar del viento y de la brisa. He aprendido a caminar bajo la lluvia sin prisa, he aprendido a llorar cuando es necesario y sonreír hasta que llegue la risa. He aprendido a callar si es necesario el silencio, he aprendido a observar cuando es necesario escucharte, he aprendido amar sin tener que embriagarme, he aprendido a que más allá del deseo de carne, tengo que dedicar un tiempo a escucharte. He aprendido a romper la rutina con un beso al aire, con el tiempo saliendo de cada segundo. He aprendido a pesar de todo…he aprendido amarte.