Humildad, la enciclopedia la define de esta forma: es la característica que define a una persona modesta, alguien que no se cree mejor o más importante que los demás en ningún aspecto. Es la ausencia de soberbia. Proviene del latín (Humilis).
Orgullo: La Enciclopedia define de esta forma: como sinónimo de soberbia. Otros sinónimos son: altivez, arrogancia, vanidad. Proviene del francés (orgueil).
Una confusión y/o mala interpretación de la palabra humildad; es que significa o es sinónimo de pobreza. También se dice de una persona con poca educación y procedente de clase baja. No existe peor interpretación que esta. Simplemente es lo contrario al orgullo, y creo que debiera de escribirse “ORGUYO” para que realmente engrandezca el YO que representa.
Podemos buscar muchas formas de expresar quienes somos. Y solo basta que nos basemos en lo que somos. Sin hacer falsas apariencias, de esta forma nos presentamos humildes y sencillos. Que nos dice la biblia sobre la humildad y el orgullo: (Filipenses 2:3) dice “No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos.”
Hoy día la vanidad y lo material han ganado mucho terreno en esta sociedad. Es importante que reflexionemos sobre nuestro accionar. Que busquemos un balance en la parte espiritual. Ya que muchas de nuestros problemas, van más allá de nuestra capacidad de retener lo poco material que nos queda. Amar lo simple y vestirse de ello, no es un simple llamado a que cambiemos de actitud. Sino un llamado a que hagamos un esfuerzo por encontrar el balance entre lo que deseamos y lo esencial.
Debemos ser y reflejar nuestra humildad. Poner de un lado nuestro ego y nuestro orgullo debe ser nuestra tarea. Porque nuestras actitudes hablan por sí solas y dicen realmente quienes somos. Que dice la biblia de cómo debemos actuar: (Santiago 3:13) “Dos clases de sabiduría ¿Quién es sabio y entendido entre ustedes? Que lo demuestre con su buena conducta, mediante obras hechas con la humildad que le da su sabiduría.”
Muchas veces confundimos la inteligencia y el conocimiento con la sabiduría. Esto es algo muy común entre las personas. Existe una batalla entre el orgullo y la humildad en cada uno de nosotros. Esa necesidad humana de sentirnos reconocidos y admirados. Jesucristo nos dice en (Mateo 11:28-29) “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas” Jesucristo se describe y nos hace una invitación donde nos insta a que llevemos, a que aprendamos de Él y de su comportamiento. Pero además nos entrega una promesa que encontraremos descanso de nuestras almas si imitamos su comportamiento.
Tenemos que tratar de erradicar nuestro ego, y callar al orgullo esto daría como resultado personas más humildes. Y por consecuencia, más armonía, más tolerancia, más paz y tranquilidad. Dios nos sonríe y nos llena de su gracia cuando nos comportamos imitando a Jesús su hijo. Primera de Pedro nos dice. (1 Pedro 5:5) “Así mismo, jóvenes, sométanse a los ancianos. Revístanse todos de humildad en su trato mutuo, porque «Dios se opone a los orgullosos, pero da gracia a los humildes».” Amen
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