Devocionales

Solo espero que sepa que soy poeta
Que mis versos han caminado
Mucho para llegar hasta aquí.

Para contar una historia de amor o desamor…

Que me siento con la tarde
Cuando espera para ser crepúsculo
Que hablamos de una u otra historia del dia.

Y que de vez en cuando nos acompaña el viento

Solo espero que sepa
Que soy amante de la vida,
Del sentido que su mirada le da a mis días,

Que amo la locura del tiempo y su cirulo interminable…

Que sepa que solo se vivir de lo que se.
Que la mejor forma de expresar lo que siento,
Es a través de mis versos y de sus ojos.

Solo espero que sepa que soy poeta,
Que la poesía es parte de lo que soy,
Que sin un verso en mis labios yo no estoy.

Solo espero que sepa que poeta soy,
Que a pesar de ser hombre…
Yo también se querer

Aunque no hemos alcanzado la perfección que ellas han logrado

Solo espero en sus ojos dejar
La ruta que la lleve a mis labios
Para que me brinde dos besos y un abrazo.

Descuelgo el viento de la tarde,
Para peinar el horizonte de su cuerpo,
Dejo un cántaro al borde de sus poros,
Para recoger la miel que destila su piel.

Monto un espacio a plena luz,
Donde pueda descansar su amor,
Antes de entregar los besos de sol,
Que nacen del día de su boca.

Me permito cerrar sus ojos con mis labios,
Para que me cuente con su lengua un secreto,
Que me diga quizás el resultado
Que tuvo cuando estaba desojando la rosa,

Dejare la espera tranquila por un momento,
Espero no desesperarla ya que voy en busca,
De los roses de su piel…del mapa de su cuerpo,
Esa guía que me lleve hasta sus sentidos.

Que le llevo un puñado de mi cielo,
Para que lo guarde sobre pecho…
Para que no caigan sobre ella
Las hojas del otoño

Y de este ocaso que no sabe perdonar

Para que el silencio de la distancia,
No cubra nuestros sentimientos,
Para que los días de otoño, solo lleguen
Al principio de la primavera…y todo sea nuevo

Me apetece su espacio,
Ese escondite de caricias a tiempo,
De besos dulces, de manos atrevidas,
Me apetece su pecho…que da vida

Me apetece un atardecer a su lado,
Una casita en las montanas de su pecho,
Donde cada mañana pueda despertar con su sol,
Acariciando mi boca, con el calor sus labios.

Me apetece su espacio…

La mirada escondida,
La misma que se pierde cuando la beso,
Me apetece su ternura…sus manos
Las mismas que adornan mi cara de caricias,

Me apetece su luz…sus ojos,
El espacio de tiempo entre un beso y otro.
Me apetece su caminar, sus pasos
Para que la traigan hasta mí…desnuda de amor

Me apetece su espacio,
Ese escondite que el tiempo
Supo guardar, para que lo descubriera,
Y dejara guardado dos besos y mil caricias…

Me apetece su tiempo

Sentí el viento,
Y por un instante sentí su rose,
Me llego su imagen sonriendo,
Besando mis labios…tan dulcemente

Sentí un espiral que me abrazo,
Con dogal de belleza
De la rodilla a la cabeza
Envolviendo mis sentidos en su boca.

Sentí sus dedos corriendo por mi espalda,
Desencadenando un torrente de pasiones,
La sentí…si la sentí tan cerca,
Todo gracias al viento…a la briza

Aun cuando el buen sentido nos guarda, y la voluntad del espíritu es hacer solo el bien. Nos confunde el corazón y terminamos destruyendo todo. Lo simple se torna áspero y una simple sonrisa causa dolor.
¿Es que acaso el amor es tan vengativo que cuando no se corresponde, solo sabe dar dolor? Al final miramos atrás y vemos como la luz del día se conserva para venir con más fuerza al día siguiente. Siempre piensa así, aunque le anuncien día de lluvia al amanecer.
El contraste de los días, es tan parecido a lo que somos. La eterna lucha del día queriendo prologarse más allá de un crepúsculo amarillo, rojo y luego gris… Contra la firmeza de la noche y su oscuridad y la gran necesidad de ser madrugada. Se parece a nuestra lucha interna, entre las emociones y la razón. Lo que sentimos y lo que deseamos sentir contra lo que pensamos y lo que deseamos hacer. Nunca se piden tregua…aun después del tiempo.
¿Quienes somos al final; un espacio desavenido del tiempo que camina hasta pasar la antorcha? ¿O quizás solo somos el ocaso de una tarde cualquiera. Que despierta en el umbral de un balcón con la espera colgando de la mirada de aquel que necesita…Aliento?
Y buscamos en nuestro interior, y solo encontramos pedazos de tiempo mal cortados. Con memorias mal escritas y fotos borradas por el tiempo.
¿Oh acaso es esta, nuestra vida o simplemente la que deseamos vivir?
Lo que perdimos en el tiempo no lo podemos recuperar. Solo aquello que se aprende lo perdido es lo que nos podemos llevar.
Y con simple conclusión me doy cuenta, que la realidad del sentido que adorna la verdad debe de tener la pureza de aquello que deseo decorar. No se puede dibujar una estrella, si no se esta dispuesto a crear el cielo. No se puede dar aquello que se considera tan verdadero, si no se esta dispuesto a sentir dolor. No te puedo dar más allá de lo que soy, no se lo que esperas de mi.
A final, nos damos cuenta que no existe realidad sin sueños. Que el sentido de nuestras vidas es vivir en una constante búsqueda, de aquello que nos haga brindar lo que somos. solo tenemos que recordar que no es solo recibir; tambien tenemos que dar. Esto es parte de nuestra naturaleza. aunque no lo veamos asi.
¿No se si aun deseas saber, si aun yo quiero estar aquí?