Empezar a mirar las cosas diferentes, caminar y hablar con otras palabras diferentes aun en el mismo idioma. Nos trae un sin número de cuestionamientos, preguntas que antes no podíamos imaginar que nos estarían haciendo.
Esto sucede cuando al hablar de la palabra de Dios y mostrar las grandezas de su poder; mediante todo lo que se mueve a nuestro alrededor. Y muchos más aun con los cambios que hemos experimentado nosotros mismos. Mediante los testimonios y esa gran certeza de nuestro padre nos ha cambiado, nos ha dado vida nueva, nos ha validado el pasaporte para este largo viaje. En donde El es el único que nos puede revelar el camino, según nuestra obediencia y nuestra comunión con El.
Cuando se cambia de dirección y el camino no es el mismo al cual estamos acostumbrados a mirar. Cuando las nuestras expectativas seden el espacio a la obediencia, y más simple movimiento de nuestros cuerpos lo sedemos a la voluntad de su majestad. Entonces allí emprendemos el camino hacia una verdadera reconciliación donde los resultados esperados, son los permisos para una vida eterna de servicio a su lado.
Este es un privilegio que no es único. Este un privilegio para todos y Dios está en la completa disposición de cedernos un espacio en su reino. El nos Cambia el camino y nos ensena a como caminar en el sendero que el escoge para nosotros. Solo tenemos que aceptar a Jesús Cristo como único salvador y redentor.
Devocionales
Su presencia en mi
He callado,
he ocultado,
he rotó,
he guardado,
he llorado,
he caminado,
he cambiado,
he amado,
he querido,
he añorado,
he sonreído,
he herido y me han herido
y he perdonado,
y final de cada camino,
nunca dude que Dios siempre
estuvo a mi lado.
Gracias Padre.
En algun espacio de mi Memoria
Si olvide hacia donde iba,
no fue que olvide mis pasos.
Fue que deje el pensamiento
clavado en un recuerdo,
que seguía aferrado a tu fragancia.
Si olvide donde guarde mi pasado,
es culpa del olvido que solo,
me dejo un recuerdo,
del cual cuelga tu nombre,
como la brisa cuelga del viento.
Un beso en la distancia
Cuantas veces te mire a distancia,
Para luego partir sonriendo a solas,
Como si el tiempo me hablara,
Y me diera una nueva esperanza.
Cuantas veces te bese a escondidas,
Rose tu piel y te vestí de caricias,
Si supieras que en más de una ocasión,
Me soné escalando las montanas de tu pecho,
Dibujando un mapa sobre tu piel,
Y escondiendo en el camino mis dedos,
Ocultando la mirada y deslizando mis labios,
Sobre los bordes de tu piel,
Hoy el tiempo me observa sonriente,
Vencido ante la realidad del no pudo ser,
Ante la realidad que todo quedo en el ayer,
Que ella nunca me perteneció y por eso se fue.
Un ayer y un espacio sin sonrisa
Muchas veces me pregunto de donde llegan estas letras, y porque me hacen hablar de un pasado que quizás nunca existió. La realidad es que muchas veces, estas letras toman su espacio aunque yo no quiera dárselo. No existe medida ni forma con la que pueda contralar lo que dicen. Muchas veces me cuelgan y regresan para descolgarme con una sonrisa. Muchas veces llegan y me nublan los ojos. Y una lluvia inesperada corre por mis mejillas. Quizás algún día pueda controlar lo que dicen…y dejare de hacer llorar a mi corazón…Quizás olviden la música y el abecedario y ya no pueda seguirla en este viaje de letras y versos. Mientras aqui les dejo con su ultima creacion.
No quiero pensar en el dolor,
Pero no puedo dejar aun un lado,
El espacio que ocupa esta pena.
No quiero pensar en el ayer,
Pero no puedo borrar,
Las huellas de este pasado.
Que llega de la mano de un ocaso,
Que no sabe perdonar.
La noche llora ante la presencia,
De un crepúsculo que apaga los ojos del día…
La luna menguante se presenta llena de tristeza.
Y la poesía que salía de sus labios ya no existe,
Su boca dejo de buscar,
Los besos de la mía.
Ahora veo mis labios destilar
Un rojo color, que solo sabe a tu ausencia.
No quiero hablar del dolor.
Ni de su permanente latido en mis sentidos.
No quiero que piense
Que aun la sigo, recordando…
Que he perdido la cuenta de los días…
Oh quizás de los meses que dure,
Sumergido en su recuerdo,
Que solo sabe llorar y traer su nombre…
El tiempo ya no es tiempo..
Ni la sonrisa no es sonrisa.
Y dolor sale aun cuando no lo he llamado…
Haciendo que vuelva aquel lugar.
Una y otra vez en mis pensamientos…
Camino a Damasco
La realidad de un momento de búsqueda, se puede convertir en la razón de una vida. Sin opción a escoger nos enfilan y matriculan en la vida, empezando con el nacimiento. Esta parte de nuestra vida no la podemos escoger, ni mucho menos decidir sobre la misma antes o después que ocurren. Existen un sin número de eventos y experiencias en las cuales, nuestras decisiones no tienen nada que ver con lo que acontece. Por ejemplo, donde nacemos o quienes son nuestros padres. Estos son solo dos ejemplos de las cosas que no podemos escoger con anticipación en nuestra vida.
¿Hacia dónde caminamos? ¿Qué nos motiva a seguir este camino? Son dos preguntas que muchas veces pensamos tener las respuestas. Pero las eventualidades de nuestro camino, pueden dar un giro a lo que ya tenemos predefino: Un encuentro, una visita inesperada o quizás un lugar inusual. En lo cual nunca habíamos pensado o quizás no habíamos experimentado. Llega ese momento y nos cambia el rumbo y por ende, nuestro destino final. Hechos 22:7 “y caí al suelo, y oí una voz que me decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?
Este momento en la vida de Saulo de Tarso. A quien hoy día se conoce mejor como el apóstol Pablo. Un hombre que era el perseguidor más feroz de los cristianos después de la crucifixión de Jesús. Sería la persona escogida por el propio Jesús, para que llevara el evangelio por todo el mundo. Este hombre se convirtió en un defensor del evangelio de Jesús, y a su vez motor que impulso la creación de nuevas Iglesias, bajo una sola doctrina. Y entregando un solo mensaje de salvación. He hizo todo esto con una entrega total. Trabajando por lo mismo que una vez trato de destruir y que pensó era su propósito en la vida. Hoy podemos leer sus cartas en el nuevo testamento “A los Romanos, I Corintios, II Corintios, Gálatas, Efesios, Filipenses, Colosenses. I Tesalonicenses, II Tesalonicenses, I Timoteo, II Timoteo, Tito, Filemón” en las cuales nos insta a seguir esta doctrina, e instruye y anima a que sigamos entregando el mensaje de salvación. Y muchas cosas más que le fueron reveladas.
Yo al igual que muchos de mis hermanos en Cristo Jesús, una vez caminaba hacia un destino final. En busca de lo que creía ser mi objetivo en la vida. Aquello que en algún momento me llenaría de gloria y de admiración. Donde la recompensa era dinero y una vida esplendida llena de buenos momentos, según mi entendimiento. Basada en lo que creía eran mis propias decisiones. Donde yo manejaba los momentos y escogía los lugares y con quien compartía. Pero en un momento que no lo decidí yo, en compañía de personas que no escogí yo, bajo circunstancias que no las maneja yo, Jesús Cristo me hablo con una voz sutil. Y me pregunto, ¿Puedo entrar? Y conteste que sí. Y me dio de comer, tomo asiento, hablamos, me vio llorar de alegría. Compartimos por un largo rato, me dijo que nunca deje de buscarlo. Luego me abrazo y me dio un beso en la frente. Y me dijo antes de marcharse, “cuando me necesites llámame que siempre estaré contigo” hoy camino seguro, con la mirada puesta en Dios. Ya no busco aquel lugar, porque me fue revelado, ahora solo quiero compartirlo porque existe espacio para muchos. Solo tenemos que caminar en pos de Dios, Jesús y de su promesa que es verdadera. Ahora quisiera hacerte dos preguntas.
¿En parte del camino te encuentras tú? ¿Hacia dónde diriges tus pasos? Permite que él los guie. Estoy seguro que te llevara donde nunca pensasteis que estarías…en su presencia.