A su egoísta mirada que cala hondo,
A su espacio hostil y sutil,
A parte inverosímil de su realidad,
A veces digo no su llegada,
A la parte inesperada de su visita,
A la insistente permanencia,
Que demuestra su genialidad,
Y es que a veces quisiera despertar,
Mirando tus ojos y boca,
Y desprenderme de las sabanas,
Y rociar tu cuerpo con mi sudor,
Pero a veces me quedo sin espacio,
Sin un lugar donde guardar mis emociones,
Sin mi sitio azul que pinta los días mas claros,
Dejando escurrir el sol entre sus manos…
A veces le digo que no al amor,
A su egoísmo, a su falta de tacto,
A sus altas y bajas…sus tantas cosas
A su cúspide y a sus triunfos,
Al espacio en blanco de tiempo,
Que no logro definir, ni descifrar,
A su llegada y su cabalgar…
A las tantas veces que me deja a solas jugar.
A su partida y a su comenzar,
A la luz que brillo en sus ojos,
A los deseos, a la pasión,
A los impulsos del corazón.