Isaías 26:1-4.
Hemos dejado atrás los dibujos, las pinturas y la arcilla. Hemos dejado atras los juguetes y la inocencia. Hemos dejado atrás los soldados verdes y el juego de pelota en la calle, el bailar de aros y jugar el agarrao, hemos dejado atrás el jugar al escondido, y olvidamos el mata-rile-rile-lon. En ese tiempo la vida era sencilla y las preocupaciones las tenían nuestros padres. hemos llegado a este punto de la vida, buscando una razón para seguir confiando, creyendo y cantando. Pero no confiamos en el Padre.
Buscamos una libre expresión sin prejuicios, pero con miedo a que nos rechacen. Hemos llegado a ser adultos con miles de prejuicios sociales.
Olvidamos que la palabra dice “venid a mí los que estáis trabajados y cansados”. Olvidamos que Dios nos dice en esas palabras entegame tu afán, tus angustias, tus molestias, tus frustraciones y todo aquello que te ha llevado a ese lugar, donde no te envié. ¿Oh es que no aprendiste nada de Elias, en que cueva te has metido, ahora? Porque has olvidado todo lo que te enseñé para que pudieras estar libre de angustias y dolores. Los cuales te has impuesto tu mismo, por seguir tratando de complacer al mundo. La permanencia en mi es lo que te ayudará en el camino. Cree, Confía, Espera, persevera, yo te guardare en completa paz.