Cuantas veces te mire a distancia,
Para luego partir sonriendo a solas,
Como si el tiempo me hablara,
Y me diera una nueva esperanza.
Cuantas veces te bese a escondidas,
Rose tu piel y te vestí de caricias,
Si supieras que en más de una ocasión,
Me soné escalando las montanas de tu pecho,
Dibujando un mapa sobre tu piel,
Y escondiendo en el camino mis dedos,
Ocultando la mirada y deslizando mis labios,
Sobre los bordes de tu piel,
Hoy el tiempo me observa sonriente,
Vencido ante la realidad del no pudo ser,
Ante la realidad que todo quedo en el ayer,
Que ella nunca me perteneció y por eso se fue.